Comunicación canina: los perros nos hablan todo el tiempo.
En toda relación sana, basada en el cariño y el respeto, debe existir una buena comunicación. En la relación con nuestros perros no debería ser diferente.
La comunicación canina es extremadamente compleja pero con interés, dedicación y ganas de saber como entender lo que nuestros perros nos quieren decir es posible entrar en su mundo de una manera más intensa. Os aseguramos que vuestro vínculo mejorará notablemente.
La información que exponemos a continuación se ha extraído del libro «Tu perro piensa y te quiere» de Carlos Alfonso López García (Educan) donde explica de manera muy completa como es la comunicación canina:
La comunicación se realiza a través de los canales que son los sentidos:
El olfato y el gusto recopilan información química que les permite saber si una perra está en celo, el paso de otro animal, etc. También les ayuda a reconocer a otros individuos, de ahí la insistencia en olernos y chuparnos.
La vista es otro sentido muy importante en la comunicación, tanto nosotros como ellos debemos ser capaces de captar las señales para podernos comunicar.
El oído permite comunicarnos con nuestro perro desde cualquier punto, nos oímos mutuamente aunque estemos de espaldas o mirando otra cosa. Cuando nuestro perro tiene la vista o el olfato enfocados en otro estímulo, podemos utilizar este canal para obtener su atención.
El tacto es importantísimo en la comunicación con los perros, a través de la forma en la que les tocamos les transmitimos nuestro estado emocional y también podemos activar en ellos diferentes estados emocionales.
La información que llega a través de los distintos sentidos se integra de manera que llegan señales de varios de ellos, siendo necesario conectarlos entre sí para entender lo que el perro nos está diciendo.
Existen dos tipos de señales, las intencionales con las que el perro busca comunicarnos algo de manera voluntaria y activa y las no intencionales que son las que el perro realiza sin tener como objetivo darnos información pero igualmente nos la proporciona, con este tipo de información podemos hacernos una idea sobre la calidad de nuestra relación con él, su estado emocional y bienestar general.
Dentro de las SEÑALES INTENCIONALES distinguimos dos tipos:
Señales afiliativas
Promueven la unión entre miembros de un mismo grupo y son usadas también para llamar la atención de otro individuo. Interactuar de una manera positiva es fundamental en las relaciones de cariño saludables.
En los perros se han descubierto señales afiliativas hacia las personas, como mirarse a los ojos, que tendrían otro sentido en cánidos salvajes o incluso utilizadas con otros perros, lo que nos muestra la plasticidad a la que llega el sistema de señales de los perros para que puedan ser capaces de comunicarse con nosotros.
Señales afiliativas típicas: tocar con la pata o la cabeza, empujar con la caña nasal, invitar al juego con una reverencia, traer objetos de interés, lamer la cara de manera entusiasta, mover el rabo estando tumbado de manera tranquila mientras se mira al otro individuo, ladrar con alegría, apoyar el peso del cuerpo en el otro, mantener contacto físico continuado,etc.
Señales agonísticas
Estas señales son las que se emplean para transmitir su voluntad de ceder o pelear en las situaciones de enfrentamiento, minimizando las ocasiones en las que finalmente se produce una pelea.
Dentro de las señales agonísticas encontramos dos grandes grupos:
Señales de apaciguamiento
Estas señales son utilizadas en distintas situaciones y contextos: para estructurar relaciones sociales, para evitar conflictos en situaciones ambiguas o con tensión y para facilitar la vuelta a la estabilidad y la calma.
Señales de apaciguamiento típicas: girar la cabeza a un lado, mirar de reojo, evitar mirar directamente, dar la espalda, lamerse el hocico y la trufa, lamer al otro con cuidado, gemir o lloriquear, quedarse congelado, moverse con lentitud, tumbarse, mostrar la zona abdominal, llevar el rabo bajo, levantar una pata y mantenerla en alto, exponer la zona del cuello, interponerse entre dos individuos, encogerse, pegar las orejas a la cabeza,etc.
Señales de amenaza
Es muy necesario que los perros puedan informar cuando están enfadados y consideran que otro está haciendo algo abusivo o inadecuado. Estas señales están muy ritualizadas y permiten evitar agresiones reales.
Estas señales no deben percibirse como indicadores de problemas, sino al contrario, son un recurso para evitarlos y facilitar el buen funcionamiento del grupo: mantenimiento de recursos, evitar contactos abusivos o excesivos, mantener buenas formas sociales, distribuir el espacio en la convivencia, etc.
Señales de amenaza típicas: agarrar el hocico del otro, acercar la boca a zonas blandas del otro ( cuello, vientre), marcar con un mordisco, levantar los belfos, posturas erguidas, mantener el rabo alto y tenso con movimientos cortos y rígidos, gruñidos, tensión corporal, expandir el cuerpo para mostrar mayor volumen, erizarse, empujar, montar, apoyar la cabeza con tensión sobre el otro, mantener la mirada fija sobre el otro mientras se acerca a él,etc.
Comunicación con señales ambiguas
Hay perros que muestran señales de varias categorías (ej: de amenaza y apaciguamiento o afiliativas y de apaciguamiento). Esto puede ser porque la situación le genera diferentes emociones, puede ser que las utilice de forma habitual si en otra situación el resultado ha sido positivo, o por características raciales o individuales. Formas de expresarse propias, por ejemplo: el bóxer, que es una raza muy amigable, suele mostrar señales de amenaza como afiliativas o el border collie, que utiliza las señales de apaciguamiento como afiliativas. De ahí la importancia de saber leer todas en conjunto e identificar el contexto de cada situación.
Dentro de SEÑALES NO INTENCIONALES encontramos varios tipos, aquí os nombramos dos:
Conductas de bienestar o confort
Muchos animales, una vez cubiertas sus necesidades de supervivencia (comida, agua y lugar de descanso) en cantidad y calidad suficiente y que además viven sintiéndose seguros buscan mejorar su bienestar o confort, es decir “vivir la vida” 🙂 .
La aparición de estas conductas de forma frecuente es un indicador de la calidad de vida y de la salud mental y emocional de nuestros perros.
Ejemplos de conductas de bienestar: revolcarse en la hierba, descansar muy extendidos y patas arriba, descansar en lugares abiertos y “en medio”, etc.
Si estas actitudes son continuadas y habituales tendremos a nuestro perro en la situación óptima, sus objetivos son disfrutar de la vida en lugar de luchar para sobrevivir.
Conductas de desplazamiento
Estas conductas las utilizan para inducirse calma a sí mismos en situaciones que estresan al perro, escapando de ellas iniciando una conducta alternativa.
Ejemplos de conductas de desplazamiento: olisqueo, marcaje de múltiples puntos de orina en machos, autoaseo, beber agua o comer hierba de forma compulsiva,etc.
Esto es solo una pequeña parte de lo que es la comunicación canina, como veis, es todo un mundo, por lo que os animamos a adentrados en él, pasareis a otro nivel en la relación con vuestro perro, nada volverá a ser igual cuando comencéis a «poder hablar» y a entender a vuestro compañero de cuatro patas.
Bibliografía: «Tu perro piensa y te quiere». Carlos Alfonso López García (Educan)
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